miércoles, 15 de enero de 2014

Épocas en el Sol

Fue un día normal como cualquiera que tuve en mis primeros dieciocho años de vida. Excepto por una cosa.
Ese día me levanté y me dirigí como de costumbre al instituto, cuando un conductor borracho se saltó un semáforo en verde y me atropelló. Atropello que se pudo haber evitado si la mujer del conductor borracho hubiera tenido más cuidado en esconder a su amante.
¿Qué como me encuentro después del atropello?. Supongo que todo lo bien que se puede estar estando muerta. Porque sí, aquel conductor borracho y frustrado por su matrimonio, acabó con mi vida en menos de tres minutos.
Pero no lloréis por mi, porque hasta la muerte tiene su lado bueno. Ahora pude por fin saber quienes eran mis amigos de verdad. Amigos que se encuentran llorando ahora mismo en mi funeral.
Ahí estaba mi vieja amiga de la infancia, la cual se salvó de ser atropellada porque ese día no quiso ir al instituto. También entre los asistentes pude divisar para mi sorpresa, al chico con el cual perdí mi virginidad hace un año. Y así una larga lista de invitados que se encontraban en esta celebración tan macabra. E incluso entre los asistentes pude ver al que un día fue mi padre y el cual me llamó "la oveja negra de la familia" por querer irme a vivir afuera de este aburrido pueblo y no seguir con el negocio familiar.
Y como ocurre en todas las fiestas, también hubo invitados que no asistieron. Como mi novio actual, el cual después de morir, me enteré que el muy cerdo me ponía los cuernos. O como mi hermano pequeño, el cual no había asistido por ser demasiado pequeño como para asistir a una fiesta de esta categoría.
Pasado las primeras horas de cortesía, los invitados poco a poco abandonaron la fiesta que había en mi honor, hasta que sólo quedaron mis progenitores, los cuales tras recibir una urna con mis cenizas, también se fueron. Y volví a estar sola.
La verdad es que nunca me importó quedarme sola, ya que con el paso de los años descubrí que puede ser tu mejor amiga, ya que al fin y al cabo forma parte de la vida.
Me quedé a oscuras en la funeraria sin saber que hacer... hasta que la vi. Una luz dorada que casi me dejaba ciega y que me invitaba a introducirme a través de ella. Y eso hice.
Que te jodan papa, al final si pude cumplir mi sueño de abandonar este aburrido pueblo.

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