Había soportado demasiado y estaba cansado. Muy cansado de su estado de ánimo que hacía tiempo que no cambiaba. Cansado de sentirse ciego y no ver un camino donde poder seguir adelante. Cansado de no encajar y no sentirse querido.
No podía permanecer más en ese sitio
por mucho tiempo. Había cogido odio a las cosas que antes le hacía
feliz, estaba asqueado de aferrarse a una vida que ya había acabado.
Había pedido ayuda, pero no le fue
afectiva. No sabía como seguir y hacer las cosas simples de la vida
como levantarse de su cama, le suponía un gran esfuerzo.
Por eso no le costó hacer lo que llevaba tiempo planeamdo. Puso su vinilo de “The Smiths” en su viejo tocadiscos como última voluntad. Sonaba la canción “Asleep”, cuando mezcló alcohol y antidepresivos y cuando se los tomó sonrió, pues por fin los antidepresivos tendrían alguna utilidad.
Por eso no le costó hacer lo que llevaba tiempo planeamdo. Puso su vinilo de “The Smiths” en su viejo tocadiscos como última voluntad. Sonaba la canción “Asleep”, cuando mezcló alcohol y antidepresivos y cuando se los tomó sonrió, pues por fin los antidepresivos tendrían alguna utilidad.
Y mientras su
efímera vida se consumía en sus últimos minutos, sucedió algo que
no contaba. Delante de él apareció dos figuras con formas
femeninas, ataviadas con túnicas muy antiguas, una de color blanca y
la otra negra. Tenían rostros juveniles pero se les notaba en sus
rostros el paso del tiempo, como si hubieran vivido demasiado.
_ ¿Quienes sois? _
Se atrevió a preguntar la agonizante persona desde su cama.
_ Nos conoce desde
siempre, porque somos tan antiguas como el tiempo _ Empezó la figura
de blanco_ Soy la vida y ella es mi hermana la muerte.
_ He venido porque
me has llamado _ Siguió la figura de negro _ Desde que nacéis,
siempre estoy a vuestro lado, esperando hacer mi trabajo. Unas veces
tardo poco y otras veces, toda una vida. Pero hay veces que vosotros
mortales, queréis adelantar mi trabajo y no me queda más remedio
que mi hermana me acompañe.
_ ¿Por qué? _
Preguntó con voz tenue la persona mortal.
_ Porque quiero
saber porque desperdicias mi trabajo. Desde que nacéis, os otorgo
una existencia, oportunidades de ser feliz, de hacer lo que queráis
y si bien es cierto que a veces os pongo dificultades, lo hago para
que aprecies las cosas buenas que os ofrezco.
_ ¿Pero por qué
tengo que seguir contigo? Hace tiempo que dejaste tener sentido para
mi. No puedo mas, te has convertido en una carga demasiado pesada
para mi y estoy seguro que tu hermana me ofrecerá un lugar mejor
donde ir.
Las figuras se
acercaron al mortal y ambas le tendieron la mano pero solo la figura
blanca volvió hablar.
_ Por favor quédate
conmigo, te prometo que llegará un tiempo donde te ofrecerá cosas
buenas.
_ Cuando has dicho
que el tiempo me dará cosas buenas, ¿a cuanta cantidad te
refieres?_ Preguntó con tono frustrado _ ¿Unos días, meses o años?
Mira ya estoy muy cansado y toda mi esperanza se ha ido junto con mis
ganas de seguir contigo. Sólo tengo una pregunta antes de
abandonarte... ¿Por qué nunca nadie me ha querido?
La figura banca se
quedó callada ante su derrota, mientras que la de negro cumplía con
su trabajo. Se acercó y le tendió los brazos al mortal para poder
abrazarlo. Y sólo cuando estuvo entre sus brazos, aquella frágil
persona, se dio cuenta de que nunca estuvo solo. Pues la muerte
siempre lo esperó para rodearlo con sus brazos en el último
instante de su vida.