viernes, 9 de octubre de 2015

AUTORETRATO #3: LO QUE NO SOY

No soy imprescindible. De hecho estoy en este extraño mundo fruto de una casualidad. Si hace treinta años mi madre no hubiera decidido salir de casa aquella noche, jamás habría conocido al que fue mi padre. Y si mi padre jamás se hubiera fijado en mi madre, nunca se hubieran casado. Y si mis padres no hubiesen tenido sexo aquella noche, el espermatozoide que ganó la carrera entre millones de espermatozoides jamás hubiese fecundado a mi madre… y lo más importante jamás hubiese nacido yo.
Pero quizás sea eso lo que comparta con el resto de la humanidad, que todos estamos aquí fruto de casualidades que el destino o cualquier otra mierda ha decidido que pasase. Y también compartimos otra cosa y es que buscamos ser imprescindible.
Buscamos tener a alguien que se preocupe por nosotros, que esté ahí en los momentos malos, que nos de cariño, que nos diga que todo estará bien cuando se nos vaya nuestra vida a la mierda. Alguien que nos comprenda que nos abrace en las noches de frío y que nos aguante nuestras tonterías.
Todos buscamos ser imprescindibles para alguien… pero lamentablemente no todos podemos serlo. Algunos tenemos que aprender a vivir con la soledad y aceptar que no somos imprescindibles y que simplemente nadie nos echará de menos si decidimos irnos.
Dicen que nadie nace imprescindible, pero que nosotros hacemos que las personas prescindibles  sean imprescindibles.
A mí me gustaría que alguien me convirtiera en imprescindible… Pero sé que me ha tocado no serlo para nadie.


Pero y si me fuera de este mundo… ¿alguien echaría en falta mi presencia y me haría prescindible?

domingo, 4 de octubre de 2015

AUTORETRATO #2: SOY HUMANA

Sí, lo soy. Pero hasta hace un tiempo no lo sabía y me tuve que enterar de la peor manera posible. Hizo falta que pasara por una etapa dura de mi vida para darme cuenta de muchas cosas.
Para empezar, no puedo pretender siempre fuerte, independiente y dura. No. Me he tenido que dar cuenta que soy u ser humano y que por lo tanto necesito afecto. Y también como humana he tenido que ser consciente de que a veces me caigo, me desquebrajo, sufro y que no soy perfecta.
También me he dado cuenta de que no es malo pedir ayuda y lo mismo que siempre estoy ahí para muchas personas, yo también tengo que dejarme ayudar de vez en cuando y no ser la chica fuerte… porque después todo pasa factura.

Y lo más importante: he aprendido a perdonarme y dejar de pensar que no soy tan horrible como pensaba… Porque no siempre puedo anteponerme ante mi escudo y hacer como que no me pasa nada mientras me autoculpo de muchas cosas y me hago la fuerte. Pensé que era inteligente y que hacía lo correcto… pero me han tenido que joder este año para darme cuenta de que soy sólo eso… Una simple humana que se cae, se desquebraja y sufre… Pero que también se puede recomponer.

jueves, 24 de septiembre de 2015

#1 AUTORETRATO (Por petición de una amiga)

Antes que nada escribo esto porque me lo han pedido. No busco dar pena, compasión ni nada por el estilo. Lo que expongo a continuación es una serie de conclusiones que llegué de un tiempo hasta ahora.
Supongo que debo empezar por el principio… La primera vez que me partieron el corazón yo era solo una cría de trece años de edad. El hombre que lo hizo fue digamos como una especie de héroe que siempre estaba ahí para salvarme (o al menos bajo mi punto de vista). A ambos nos gustaba las canciones italianas de los 80´s, ver películas juntos y dormir juntos en la cama… Pero quizás lo que más echo de menos es cuando él me dejaba apoyar la cabeza en sus piernas y me acariciaba la cabeza hasta que me quedaba dormida… Lamentablemente, mi padre o el hombre que yo creía mi héroe, se fue marchando dejándome sola.
A partir de ahí, empecé a cuestionarme que había hecho mal para que ese hombre me dejase y también empecé a cambiar mi forma de pensar. Comencé a enfadarme con el mundo, pensando que no era justo y me convertí en una antisocial. Comencé a renegar del amor, pensando que el concepto de novios era para las personas de mentalidad débil que no eran capaces de sobrevivir solos. Me creé un escudo y comencé a ser una chica independiente que se refugiaba en los libros de James Barrie y que no creía en ese sentimiento, cogiendo un asco tremendo a las películas románticas porque pensaba que todo eso era una gran mentira.
Pero pasó el tiempo y fui conociendo personas y pensé que quizás debía cambiar eso de ser una antisocial y fui ampliando mi círculo de amigos. El tiempo siguió pasando y aunque tenía amigos aún seguía con el concepto de que no necesitaba a nadie y me creía que era muy lista al pensar que podía esquivar a Cupido.
Pero todo cambió cuando me enamoré de cierta persona, que hizo que mi manera de pensar cambiara. Pero lamentablemente la cosa no funcionó bien y lo pasé tan mal como la primera vez que me partieron el corazón. Y estuve media muerta, llegando a la conclusión de que me había estado mintiendo durante todos estos años y que tal ve vez no fuese tan fuerte como pensaba y lo más importante… Algo que me abofeteó en la cara durante las noches que pasaba sin dormir: Las personas como yo no tenemos derecho a enamorarnos.
Y no fue algo que pensara fruto de un mal estado de ánimo. Fue porque analizándome cada parte de mi ser mi di cuenta que simplemente no puedo permitirme ese lujo. Y bueno probablemente el que esté leyendo esto pensará que estoy exagerando pero no es así.
·         Para empezar soy una tía de lo más rara. Pero rara de tal manera que todo el mundo me lo ha dicho.
·         Voy de dura, cuando en realidad no lo soy.
·         No soy la típica chica mona a los que todos gustan. Soy una chica algo feucha, con mucho carácter cuando se enfada y que prefiere hacer las cosas sin ayuda de nadie.
·         Tampoco soy nada fotogénica y no sé poner caras monas cuando me hacen una foto y no tengo ni puta idea sobre el concepto de la moda, maquillaje etc.
·         Soy un desastre con piernas. Todo lo que hago me sale mal y ni siquiera sé que voy hacer en un futuro lejano.
·         Odio que me vean llorar y me vean en mis momentos de debilidad, siendo yo la que siempre suelo ofrecer apoyo a los demás.
Y todo eso sumámosle de que siempre soy la chica fea de la fiesta, la que gusta exponer sus cicatrices de alguna manera mientras se refugia en la mentira de que es independiente… Cuando en realidad lo que necesito es a alguien que esté dispuesto a que me aguante mis ataques repentinos de enfado, a que vea películas conmigo, a que me abrace sin que yo se lo pida y que permita que me crea que soy una chica fuerte… A que me acompañé los días de lluvia bajo una manta, que me acompañe en las estupideces que hago y sobre todo que permita que apoye mi cabeza en sus piernas mientras me acaricia la cabeza, al igual que hacía el primer hombre que me partió el corazón.

Antes odiaba las películas de amor porque pensaba que esas cosas no pasaban… y ahora las odio, pero porque sé que esas cosas no pueden pasarme a mí. Y quizás alguien me odie por haber escrito esta mierda… pero el asco/odio que me tengo a mi misma no lo supera nadie.  

viernes, 1 de mayo de 2015

LA CHICA QUE SE MASTURBABA PENSANDO EN DAVID BOWIE.

Sara terminó y llegó al orgasmo. El disco de “Rise and fall the Ziggy Stardust and the spiders from Mars” de David Bowie hacía tiempo que había dejado de sonar en su viejo tocadiscos, pero ella siguió dándose placer como si no hubiese pasado nada… y ni siquiera paró cuando fue consciente de que sus gemidos estaban siendo oídos por su compañera de piso. Cada vez que se duchaba con algún disco de David Bowie de fondo, siempre pasaba lo mismo, pero no le importaba.
Salió de la ducha y se envolvió en su toalla azul. Su corta melena rojiza le caía húmeda por los hombros, pero decidió que hoy no se secaría el pelo y se lo penaría hacia atrás para parecerse al Thin  Withe Duke. Se puso sus viejos vaqueros desgastados y su camiseta favorita de David Bowie y sin molestarse en ponerse maquillaje, salió del baño.
_ Por lo visto hoy también has llegado al orgasmo.
Sara giró la cabeza para encontrarse con Angie, su compañera de piso desde hace tres años y que ahora, la miraba con una sonrisa en los labios.
_ Ya ves, lo que no ha conseguido mi ex lo consigue David Bowie en una sola tarde.
_ Bueno masturbarse de vez en cuando no es malo, pero deberías ir buscando pareja para poder pasar página.
_ Y ya lo he hecho. Gracias a David Bowie, ya prácticamente ni me acuerdo del chico que consideraba mi novio y me dejó por otra.
_ Tanto masturbarte es malo… acabarás ciega.
Sara miró a Angie y soltó una carcajada. Hacía tres años que conoció a su compañera de piso y prácticamente se había convertido casi en su hermana por todos los momentos que habían pasado juntas. Angie se acercó y la abrazó.
_ Si me quedo ciega… ya sé a quién puedo utilizar como lazarillo _ Volvió a reír Sara_ Por cierto, ¿te vienes conmigo de fiesta? He quedado con dos compañeras del trabajo.
_ Me gustaría pero no puedo, esta noche he quedado con el chico que conocí el otro día y…
_ Está bien, no me des más explicaciones. Pero recuerda usar protección.
Sara abrazó una última vez a su mejor amiga y se fue. Eran las once y media de la noche de un sábado y eso quería decir que las calles estarían abarrotadas de jóvenes como ella y no corría peligro. Caminó con paso tranquilo hasta llegar donde había quedado y allí en la puerta, estaban sus dos compañeras de trabajo esperándola.
_ Por fin Sara, llevamos diez minutos esperándote.
_ Lo siento Eleanor pero me entretuve.
_ No te preocupes _ dijo Patty, la segunda compañera de trabajo que había quedado con ella aquella noche. _ Yo llegué hace tres minutos.
Las tres amigas se introdujeron en el pub. Aquel sitio era frecuentado todos los fines de semana por chicos que le gustaban el rock’n’roll y no les importaba quedarse sordos. Aquella noche estaba especialmente lleno y les costó encontrar mesa, pero por fin consiguieron una donde poder sentarse.
_ Lo que yo te diga _ Replicó Eleanor_ Desde que tengo novio estoy mucho más estable y satisfecha sexualmente hablando.
_ En eso tienes razón _ Siguió Patty _ Yo llevo tres años con el mío y he podido cumplir todas mis fantasías sexuales. Deberías buscarte uno, Sara.
En ese punto de la conversación Sara miró para otro lado. Desde que su novio la dejó por otra hace siete meses, no quería saber nada de los hombres y odiaba cuando sus amigas se ponían hablar de sus relaciones sexuales porque le hacían sentir incómoda. De repente se oyó las primeras notas de la canción “Blue Jean” de David Bowie y encontró la escusa perfecta para abandonar la conversación que tanto odiaba.
_ Chicas me voy a la pista… están poniendo a Bowie y creo que es una señal, luego seguimos con la conversación.
Y antes de que algunas de sus amigas pudiesen replicar, Sara se fue directa a la pista de baile. Hacía tiempo que no ponían a su cantante favorito y eso hizo que disfrutara aún más del baile. Cuando la canción acabó decidió ir a la barra para algo de beber.
_ Buen baile.
La chica se giró y se encontró con un chico que la miraba con curiosidad.
_ Gracias.
_ Por cierto me llamo Jareth… ¿y tú?
_ Sara.
_ ¿Te apetece sentarte y hablar?
Sara se lo pensó un momento. Hacía bastante tiempo que no le apetecía ligar con ningún chico, ya que acabó bastante mal por culpa de su antiguo novio. Pero echó una mirada a la mesa donde estaban sus compañeras, que probablemente seguirían hablando de sus relaciones y decidió que era mejor estar con ese chico que con ellas. Así que cogió su copa y sentó en un lugar apartado del pub.
_ Así que te gusta Bowie. _ Comenzó Jareth para romper el hielo entre los dos.
_ Desde los dieciochos y escuché por casualidad “Sound and Vision”  en la tele. Desde entonces no he parado de escuchar todos sus discos. Aunque sin lugar duda su etapa como Ziggy Stardust es mi favorita.
_ ¿Y tu novio no se pone celoso?
_ No tengo novio desde hace siete meses.
_ ¿Y puedo saber el por qué?
_ Cosas que pasan _ Se encogió de hombros Sara.
Sara desvió la mirada hacia la pista de baile con la esperanza de que pusieran otra canción de su  amado David Bowie. Momento que aprovechó Jareth para analizarla. Lo que más le sorprendió fue que no estaba maquillada, cosa que solían hacer muchas chicas de su edad. Luego se fijo en su melena pelirroja y corta peinada hacia atrás y por último, en el cuerpo de ella.  Sara era delgada pero con curvas, el tipo de cuerpo que le gustaba a él. A decir verdad, Sara era el tipo de chica que andaba buscando y por eso decidió conquistarla esa noche.
La chica se giró para poder decirle aquel chico que volvía a la mesa con sus amigas cuando se dio cuenta que aquel chico quería besarla. Pensó en que aquel chico era muy mono y en que sus amigas podían tener razón en eso de que era hora de buscar novio. Y quien sabe, aquel chico podría ser el indicado para ella y podrían tener una relación de novios más adelante que podría durar años. Pero también pensó en que podría pasarle como en su anterior relación. Podría ilusionarse y dejarse llevar, para después acabar llorando en la cama por una persona que no se la merecía. También pensó en que debería de haberse quedado en casa con la discografía de David Bowie y seguir dándose placer hasta que hubiese querido.  

Barajó ambas opciones y finalmente disidió que ir al pub con sus amigas había sido una pérdida de tiempo y que debería haberse quedado en casa escuchando al hombre de su vida. Pues de una cosa estaba segura, David Bowie siempre estaría ahí para ella y nunca le pondría los cuernos. Así que decidió dejar con las ganas a ese chico, volver a su casa y volver por donde lo había dejado con David Bowie.

viernes, 3 de abril de 2015

ODIADO CUPIDO

Odiado Cupido:
Simplemente lo sabía. Sabía que tramabas algo contra de mi después de permanecer veinticincos años esquivándote. Sabía que permanecías escondido entre las sombras para esperar el momento idóneo para atacar... y lamentablemente lo hiciste.
Aquella horrible noche simplemente vi el chico que me gustaba y el cual sabía que no tenía ninguna posibilidad con él, porque el se movía en un mundo diferente al mío.
Un mundo formado por chicas guapas, con piel perfecta y que son capaces de conquistar a cualquier chico con sólo una mirada... Un jodido mundo que yo ya sabía que nunca iba a pertenecer, porque soy todo lo contrario. Por eso cuando lo vi aparecer aquella noche después de tanto tiempo, yo ya jugaba con ventaja al estar autoconvencida de que él nunca querría nada conmigo.
Pero decidiste que yo iba a ser tu próxima víctima y quisiste jugar conmigo. La noche fue pasando y cuando creí que no iba a suceder nada, decidiste jugármela. Él me pidió permanecer el resto de la noche abrazado a mi y aunque yo sabía que era un jodido error y que no saldría bien... el horrible magnetismo de su sonrisa influyó terriblemente en mi mente, haciendo que, mi racionalidad decidiera abandonarme sola ante el peligro.
No te voy a mentir, que el decidiera permanecer abrazado a mi fue una de las mejores cosas que me han pasado y me hubiera conformado con que la noche hubiera acabado ahí, pero querías joderme aún más. Por alguna extraña e inexplicable razón, las posibilidades se volvieron a mi favor y él decidió que la cosa fuese a más mientras besaba a la chica fea del cuento.
¿Y qué hice yo?... Pues como una imbécil derrumbé todos los muros de mi corazón, permitiendo que él accediera a partes que nunca nadie había entrado. La jodida noche acabó entre besos y estúpidas conversaciones románticas y aunque él se quedó dormido, yo no pude. Simplemente no dormí nada por el jodido miedo de que si me quedaba dormida él se iría sin despedirse.
Hubiese dado cualquier cosa por que la noche no acabase y fuese eterna, pero el tiempo hizo su trabajo e hizo que amaneciera. A la mañana siguiente, él se fue llevándose todo lo que yo fui durante mis veinticincos años de vida, en tan sólo una noche y prometiéndome que, lo que pasó, no acabaría ahí.
Los siguientes dos meses fueron los meses donde cada vez que lo veía le entregaba un trozo más de mi ser, volviéndome cada vez más gilipollas y dependiente de una persona que pensé que podía ser el amor de mi vida. Sabía que dentro de mí había algo que me decía que tarde o temprano todo se iba a acabar, que él se cansaría de estar con una chica como yo... pero yo nunca quise escuchar esa voz. En lugar de eso, pensé en que por fin había comprendido lo que realmente quería decir los jodidos libros sobre el amor y que por fin una chica como yo, también tenía derecho a enamorarse de alguien como él.
Pero por desgracia, dos meses después el conoció a otra chica mejor que yo, yéndose con ella mientras se llevaba todo lo que fui. Y tú permanecías ahí entre las sombras, observándome mientras te reías en mi puta cara mientras yo caía en una espiral de autodestrucción. Me convertí en tu jodido chiste mientras yo casi me deshidrataba en mi cama. ¿Pero sabe que fue lo peor?
Lo peor fue la sensación de perder quien yo era mientras notaba que el chico con el que estaba dispuesta a bajar a los infiernos, me arrojaba a ellos sin piedad.
Y ahora, aún sigo lamentándome por seguir perdida y no poder recuperarme y ser la chica fuerte que era, porque con lo que hiciste te llevaste un pedazo de mi que nunca recuperaré. Muchas gracias.
Atentamente: una gilipollas perdida en sí misma.

jueves, 12 de febrero de 2015

SEIS MESES SIN TI, ROBIN


A lo mejor no debería de escribir nada teniendo en cuenta que puedo parecer idiota ya que nunca te conocí en persona, pero hoy me he levantado y no he podido evitar recordar que hoy se han cumplido seis meses de tu muerte. Seis meses en que los niños de los ochentas/noventas nos hemos sentido un poco más huérfanos y creo que sería justo hacerte un pequeño homenaje.
Creo que mi primera película que vi de ti fue "Hook" (o al menos eso dice mi memoria) y desde aquel instante te convertiste en parte de mi familia... como una especie de tío lejano que siempre estaba ahí para hacernos pasar un buen rato. Pronto llegaron las tardes interminables tumbada en el sofá de mi casa mientras veía "Jumanji", "Jack", "Flubber", y la favorita de mi madre "La señora Doubfire". No había ninguna tarde de domingo en la que no veíamos algunas de tus películas, llegando a crear un extraño vínculo contigo. Los años pasaron y aunque entré en la adolescencia, nunca dejé de ver tus películas ya que siempre me trasmitía un mensaje de positividad y de que todos los sueños se podían cumplir.
Pero lamentablemente, repartiste tanta felicidad hacia los demás que no te guardaste nada par ti y sin poder evitarlo caíste en depresión. Una horrible enfermedad que te llevó a la muerte y con ello, la infancia de aquellos niños que disfrutaban con tus películas. 
Hemos pasado 185 días horribles en los que nos hemos preguntado como esa jodida enfermedad te llevó por delante y lo que es peor porque nunca dejaste que supiéramos de tu enfermedad... pero supongo que lo hiciste porque no querías que no sintiésemos tristes por ti y porque querías que te recordásemos como un hombre alegre.
Pues tengo que decirte que sólo conseguiste lo segundo porque todavía no hay niño de los ochentas/noventas que te eche de menos y llore tu pérdida... pero por suerte aún nos quedan tus películas. Películas que todos los niños de mi generación guardamos dentro de nuestra memoria y que cada vez que queremos recordarte, solo tenemos que hacer memoria de aquellas tardes inolvidables en los que te veíamos como el capitán de los niños perdidos, como un hombre travestido, un científico chiflado o como un niño en el cuerpo de un adulto.
Espero que esté bien allí donde esté y sin más, me despido en este día gris. Descansa en paz Robin.

domingo, 8 de febrero de 2015

25 AÑOS, 25 RAREZAS

Llegas un momento en tu vida, en que te levantas y tienes un cuarto de siglo.  Y lo que es peor, te das cuenta de que estás asqueada de la vida, sientes que no encajas en ningún lado y te preguntas el por qué te sientes así… Hasta que te pones a pensar sobre tu vida y llegas a una conclusión: no encajas porque simplemente eres rara. Así de simple. Fin de la historia.
Y reflexionando sobre mi vida he encontrado rarezas que hacen que no me pueda clasificar como una persona normal de veinticinco años porque:
1º  Si fuera una persona normal hubiera nacido con dos riñones. Pero resulta que nací con uno.
2º Si fuera una persona normal hubiera adorado la fecha de mi cumpleaños, porque supuestamente nacer un 14 de febrero es algo bonito. Pero resulta que odio San Valentín y me da arcadas cuando alguien me recuerda eso de “que suerte de haber nacido un día tan bonito” 
3º Si fuera una persona normal con tres años hubiera pedido por reyes una película de Disney. Pero en lugar de eso les pedí a mis padres “Pesadilla antes de navidad” de Tim Burton porque me fascinaba el estilo oscuro de los personajes.
4º Si fuera una persona normal con tres años no me hubiese obsesionado con cierta estatua que aparece en cierto parque en cierta película. Pero lo hice y veinte años más tarde, pude visitarla.
5º Si fuera una persona normal dejaría frases de Paulo Coehlo repartida entre mi facebook y mi twitter. Pero en lugar de eso, me limito a dejar frases de James M. Barrie porque Coehlo me parece demasiado vomitivo y me dan ganas de ir a buscarlo, para darle un par de ostias de parte del universo.
6º Si fuera una persona normal podría decir con orgullo que con trece años comencé a escuchar rock, pero no lo hice. Comencé a escuchar rock con diecisiete y me avergüenza decir que a los trece escuchaba a Fran Perea y pensaba que Los Serrano era la mejor serie del mundo. Suerte que esa etapa sólo me duró unos meses.
7º Si fuera una persona normal hubiera pasado mi adolescencia intentando ser sociable, caer bien a todo el mundo y tener un grupo de amigos. En lugar de eso, era antisocial, borde, horriblemente seria y prefería la compañía de los libros antes que la humana.
8º Si fuera una persona normal haría algo productivo cuando estoy sola en casa, pero en vez de eso, me da por poner a David Bowie a todo volumen mientras bailo y me imagino que estoy en un concierto suyo.
9º Si fuera una persona normal no lloraría por la muerte de una persona que no he conocido en mi vida, pero no pude evitar llorar por Robin Williams cuando me enteré de su muerte.
10º Si fuera una persona normal me dejaría crecer el pelo, pero me lo corto porque odio tenerlo largo y soy una rebelde.
11º Si fuera una persona normal con once años hubiera estado obsesionada con la saga Harry Potter y hubiera querido ir a Hogwarts como cualquier niño de mi edad. Pero sorprendentemente me gustaban más los libros de Manolito Gafotas y deseaba visitar el barrio de Carabanchel.
12º Si fuera una persona normal me encantaría llevar vestidos y tacones… Pero con lo que realmente me siento más cómoda es cuando llevo mi camiseta de los Ramones y mis botas.
13º Si fuera una persona normal me preocuparía más de mi misma que por los demás. Pero tengo la teoría de que aunque el mundo está cada vez más caótico y no se puede cambiar, si que se puede mejorar si ponemos de nuestra parte. (Y por eso siempre me toman por tonta).
14º Si fuera una persona normal no sentiría una extraña vinculación con el escritor James M Barrie, pero da la casualidad que es la persona con la que más tengo en común (excepto el talento que tenía él para la escritura).
15º Si fuera una persona normal no sería tan hipócrita y me aplicaría los consejos que les doy a los demás… Pero no puedo evitar ser un jodido desastre.
16º Si fuera una persona normal hubiese llorado con el libro “Bajo la misma estrella” pero no pude evitar reírme cuando murió el protagonista.
17º Si fuera una persona normal iría maquillada, peinada y bien vestida, pero me importa una mierda ir con mis camisetas de grupos de rock, mis ojeras, mi pelo despeinado y me encanta ir sólo con la cara lavada por la calle.
18º Si fuera una persona normal me hubiese dado cuenta mucho antes que, por mucho que intentes convencerte de que eres una persona fuerte y de que no necesitas a nadie a tu lado, a veces necesitamos a un “héroe” que esté ahí para que nos abrace de vez en cuando y nos mienta diciéndonos que todo va a salir bien.
19º Si fuera una persona normal me preocuparía por lo que los demás pensasen de mí pero da la casualidad de que lo que piensen de mí me importa una mierda. Y lo más importante, no pienso cambiar mi personalidad por nadie.
20º Si fuera una persona normal no sería tan cabezota y ya hubiese renunciado a mis sueños de vivir algún día en Inglaterra.
21º Si fuera una persona normal intentaría ser menos impulsiva y menos sentimental.
22º Si fuera una persona normal no me encariñaría tanto con las personas, en especial con cierta nazi que es como mi segunda hermana.
23º Si fuera una persona normal la palabra para describir mi mente y mis sentimientos no sería “caótico”
24º Si fuera una persona normal me encantaría ver películas románticas, pero las odio y prefiero ver las de miedo mientras hago apuestas mentales de quien morirá primero.
25º Si fuera una persona normal no me estremecería cada vez que leo “morir será una aventura formidable” en mi libro favorito.