miércoles, 18 de mayo de 2016

DIARIO DE UNA CHICA CON DEPRESIÓN PARTE 2: AUTOESTIMA

Quizás yo no sea la más conveniente para ponerme hablar de autoestima teniendo cuenta como tengo ahora mi mente, pero como últimamente me ha dado por expresar todo lo relacionado con mi enfermedad para dejar constancia de lo que se siente, allá voy.
Quizás ésto lo haga como una forma de protesta o quizás como una muestra de amor propio. Para empezar, protesta porque estoy hasta el coño de que todos nosotros estemos viviendo bajo las normas de la sociedad. Estoy cansada como a una chica le llaman gorda por tener una 40-42 de pantalón (cosa que sufrí en mis carnes) o como a un chico que no tenga los abdominales marcados se le critique. Nos estamos dejando llevar tanto que nos preocupamos por parecer correctamente agradable físicamente antes  de parar y arreglarnos nuestro interior. Y no sólo eso, estamos tan mal educados que ya nos creemos con el derecho de insultar a ciertas personas por no encajar en los estándares de belleza.
 Palabras como “fe@” o “gord@” nos asustan tanto que nos la digan que intentamos hacer lo posibles por encajar en ese falso estereotipo sin darnos cuenta que nos hacemos daños a nosotros mismos.
Yo por mi parte siempre he estado acomplejada por mis caderas y mis muslos desde que una persona muy cercana a mi (no voy a decir quién) me dijo cuando sólo era una niña de 12 años que saldría gorda y con un cuerpo feo por tener esas caderas, ¿y sabéis qué?, que esa es la parte que más me gusta ahora mismo de mi cuerpo. Me han insultado y descriminado y yo misma he evitado ponerme cierto tipo de ropa o esconderme cuando me ha gustado un chico porque pensaba que no era lo suficientemente guapa.
Ahora mismo que estoy enferma y he adelgazado mucho por culpa de mi enfermedad hasta tener una 36, encajo con los prototipo de chicas con buen cuerpo impuesto por la sociedad, mientras que cuando estaba feliz y con mi talla 40 no lo era (que irónico). Y sí, seguramente lo que me conocen estarán cansados de oír como me quejo de mi peso, pero lo digo para dejar constancia de mis pensamientos.
A causa de eso estuve reflexionando y me di cuenta que todo esto es mental. Al principio cuando tenía una 40 me veía bien aunque algo rellenita, y ahora, que me he quedado más delgada con una 36 me veo demasiado delgada. Con ésto quiero decir que yo misma soy víctima de la sociedad (o suciedad) por estar constantemente lanzándonos mensajes de como tiene que ser un cuerpo perfecto o como tienes que hacer para conseguirlo.
Si alguien quiere tenerlo, lo único que tienes que hacer para conseguirlo es: tener un cuerpo y lucirlo.

Yo, con el mismo vestido un año y medio después.


Yo celebrando el año nuevo 2015.

En la primera foto pesaba 58/59 kilos y medía 1'53 con la talla 40. En la segunda mido 1'53 y peso menos de 50 kilos (no lo sé con exactitud) y con la talla 36.
La diferencia: en que la yo de la izquierda estaba feliz y saludable, mientras que en la derecha se nota mis problemas con la ansiedad. Lo común: que ambas me veo bien con mi cuerpo.
Y por último nunca le digáis a una persona para animarla: "te vino bien estar enferma porque estabas gorda" porque así demostráis lo enferma que tenéis la mente.

miércoles, 11 de mayo de 2016

DIARIO DE UNA CHICA CON DEPRESIÓN

Hola soy una chica cualquiera de esas que te puedes encontrar por la calle y tengo depresión. Y no, no me he unido a la moda tonta de fingir que tengo depresión/bipolaridad por moda. Lo mío ha sido diagnosticado por el médico.
Aunque este mierda de blog lo leen pocas personas y sólo lo he usado por dejar constancia de mis pequeños relatos escrito por mi, he decido que también voy a dejar constancia de mi enfermedad, ya que se me da mejor explicar las cosas escribiendo que hablando... Y puede que ésto no lo lea nadie... pero da igual.
Para empezar hay muchas personas que idealizan a los enfermos depresivos como:
       A) Personas que visten de negro, que se pasan todo el día encerrados en casa y llorando.
       B) Personas que son pálidas de piel, con ojeras, que viven en su mundo, que son adorables a su manera y que buscan a través de sonrisas rotas alguien que los abrace y les diga que todo va a salir bien (algo excesivamente romántico)
      C) Personas con tendencias suicidadas que tienen que depender de un medicamento para evitar dañarse a mi mismo o  a otras personas.
Si tenéis el pensamiento de alguna de las tres opciones, lo siento pero estáis equivocado.
 Yo personalmente sufro de depresión y de ansiedad desde hace un año. Me gustaría explicar como caí en esa enfermedad, pero no es tan fácil.
Lo único que sé es que he soportado mucho durante toda mi vida. Tragué y aguanté sin decirle nada a nadie porque creí que era mi obligación de ser la chica fuerte. Nunca he sido la típica chica mona que todos los tíos se giran al verme, por eso creo intenté forjar una imagen de fuerte ante todo el mundo, para demostrar que no era como las típicas chicas que necesitan la protección de sus novios. Siempre y desde que comencé a salir con mi primer grupo de amigos fui la chica positiva, la que se reía de todo y siempre estaba ahí para ayudar a todo el mundo.
Me acuerdo que una persona me dijo una vez "me gusta estar contigo porque transmite felicidad y quita los malos rollos"... Pero todo eso quedó muy atrás cuando caí en depresión. Fui casi sin darme cuenta cuando mi mente dijo: hasta aquí, ahí te quedas y empezó mi enfermedad.
Al principio fue sólo ansiedad, todo lo que comía me daba náuseas  y comencé a quedarme más delgada casi darme cuenta (perdí casi diez kilos en casi dos meses) Me costaba dormir, concentrarme o incluso levantarme de la cama. Todo el mundo me decía eso de que debería ir al médico pero otra vez mi actitud de chica fuerte se interpuso y siempre decía: estoy bien mientras sonreía.

Pero lo peor fue en el verano del 2015. Yo fui a currar a Francia durante el mes de Julio y aunque estuve distraída al volver era un zombi. No reaccionaba a nada, estaba en mi mundo, le había cogido asco a la comida y lo peor de todo es que me autoconvencí de que era una persona tóxica.
No quería salir con mis amigas porque una jodida voz de mi cabeza me lo impedía. Me pasabas las horas muertas mirando al techo de mi habitación pensando que tirarse a las vías del tren era una opción.
Y no fue hasta que una gran amiga mía me dijo algo que fue como dos ostias de realidad: no puedes pretender ser la fuerte porque tienes depresión y eso no se soluciona tragándotelo sola como sueles hacer.
Al principio me negué. Yo, la típica chica acostumbrada a no llorar a ser siempre la fuerte no podía tener depresión. Pero la tenía. Al principio pensé que estaba pasando por una estúpida fase de mi mente, así que retomé el deporte y me apunté al equipo de rugby de mi ciudad (deporte que recomiendo) y aunque al principio funcionó, hace un mes y medio que dejó de funcionar.
Llegaba a un punto que hasta hacer un simple pase de pelota en el entrenamiento me agobiaba. Llegaba a casa después de los entrenamientos echa una mierda y pensando que no era tan buena como mis compañeras de equipo... Y lo peor es que mis nauseas habían decido volver, pensaba que me estaba volviendo loca y pensé seriamente en encerrarme en una habitación de la zona de salud mental de mi hospital.
Y ya fue cuando decidí de una vez por todas ir al médico. Allí me diagnosticaron mi enfermedad y me derivaron al psicólogo. Y si algo estoy aprendiendo es que:
    1) Es una enfermedad como otra cualquiera.
    2) Que no tiene nada que ver con los estúpidos estereotipos mencionados anteriormente.
    3) Que a pesar de tener depresión, me puedo permitir el lujo de salir a la calle, tener amigos y reírme a veces
   4) Que de esto tengo que salir yo sola y que no puedo dejar que mi mente me gane en esta guerra.
   5) Que realmente estoy sola en ésto aunque  puedo tener la ayuda que necesito.
   6) Que no es culpa de nadie, ni mucho menos mía.
   7) Que esta situación es una gran mierda, pero tengo que salir sea como sea y contar lo que me pasa.
  8) Que por tener esto no soy menos fuerte y que no durará para siempre.