sábado, 20 de septiembre de 2014

TEORÍA SOBRE LA RELACIÓN ENTRE GRAN HERMANO Y EL SEÑOR DE LAS MOSCAS

A continuación voy a exponer mi teoría de que gran hermano tiene un gran parecido al gran libro "El señor de las moscas"
1º Para empezar al principio del libro, se nos describe una serie de niños que no se conocían de nada, pero que debido al gran accidente del avión se ven obligados a convivir con personas desconocidas. En gran hermano son un grupo de desconocidos que sin tener nada que ver entre ellos se meten a concursar en una casa para conseguir un premio.
2º Al principio del libro se elije un líder e intentan ser amigos y ayudarse entre ellos para conseguir fuego, refugios y comida. En el reality, al principio aunque no haya un líder fijado, todos se llevan bien y hay buen rollo.
3º A medida que se va desarrollando el libro, los niños perdidos de la isla crean fuego para atraer la atención de un barco y ser rescatados, pero con tan mala suerte de que cuando pasa uno, el encargado de fuego no está. Con la consecuencia del que fuego se ha apagado y no pueden avisar al barco, echándole las culpas al responsable del fuego. En la casa de gran hermano hay pruebas. Dichas pruebas consta de unas normas y si no se consiguen, los concursantes pierden una semana de comida y empieza haber mar rollo entre ellos porque ciertas personas no se han esforzado lo suficiente y van a pasar hambre.
4º En la isla pasa el tiempo y cada vez la cosa se complica. Al final uno de los niños mayores se enfada con el líder que habían elegido al principio, provocando una gran pelea entre ellos a causa de las diferencias y creando dos bandos. En el concurso a medida que va pasando el tiempo, el mal rollo se hace presente y ya se va viendo que hay dos jefes (aunque no se hayan elegido) y por lo tanto dos grupos o bandas crean rivalidad ente ellos y de vez en cuando provoca grandes peleas entre ellos.
5º Casi al final del libro los niños más débiles van muriendo por diferentes razones, hasta que solo los más fuertes sobreviven. En el reality aunque no muere nadie, lo más débiles son expulsados a la calle hasta que quedan tres personas en la final.
CONCLUSIÓN: Que gran hermano sería mucho más divertido si se matasen entre ellos en un intento por acabar con la estupidez humana. Y que además doy muchas vueltas antes de dormir.



lunes, 15 de septiembre de 2014

TíTULO: EL CURIOSO CASO DE VICENT BURTON

Érase una vez un país tan lejano que si tuviéramos que ir allí tardaríamos meses en llegar, aunque utilizásemos el vehículo más rápido jamás construido por el ser humano. Ese país era conocido por el País de los Monstruos, pues ahí es donde nacían todos los monstruos que se dedicaban asustar a los humanos. Y algunos eran tan famosos que salían en algunos libros como el Conde Drácula, Frankenstein o el Hombre Lobo.
Y quizás si no hubieran nacido allí los más famosos monstruos, la curiosa historia de Vicent Burton hubiera destacado tanto como para poder llegar a nuestro mundo.
¿Pero quién es Vicent Burton?, bueno quizás va siendo hora de que se le conozca un poco, y la mejor manera de conocerlo es contar su historia desde el principio.
Vicent Burton nació una fría mañana de otoño, era el primogénito de unos orgullosos padres deseosos de que naciera su hijo. Su nacimiento era tan esperado, que quizás por eso Vicent, decidió nacer con una semana de antelación, sorprendiendo a toda su familia.
Pero que naciera con antelación no era sorprendente, lo sorprendente de esta historia es realmente Vicent. A diferencia de los otros monstruos, aquel bebe extrañamente no nació con exceso de pelo, con unos colmillos afilados o con escamas recubriéndole todo el cuerpo. No, aquel bebe nació con una apariencia bastante similar a los bebes humanos.
Y desde el primer instante en que la señora Burton posó los ojos en su bebe de piel rosada, se enamoró de la manera que las madres se enamoran de sus hijos. En cambio el padre entró en cólera pues que su primogénito naciera de esa forma, era un claro signo de que estaban malditos, pero como todo buen padre, pronto comenzó a quererlo y aceptarlo.
Los años pasaron y Vicent tuvo una infancia de lo más normal, fue a la escuela donde aprendió a leer y a escribir, fue querido y mimado por sus padres. Pero a medida que crecía, se sentía cada vez más fuera de lugar, como si el país de los monstruos no fuera el sitio indicado para él.
_ Mama, ¿soy adoptado? _ Se atrevió a preguntar un día Vicent.
_ No hijo, lo que pasa es que eres diferente a los demás monstruos.
_ ¿Y ser diferente es malo?.
_ No. Al contrario, es una buena señal de que llegarás lejos y serás muy querido.
_ ¿Tan lejos y tan querido cómo Dracula, Frankenstein o cualquiera de los grandes monstruos de la historia?.
_ Para llegar a ser como ellos, tienes que tener confianza en ti mismo y quererte tal y como eres, y cuando consigas todo eso, lo demás vendrá solo.
Aquella noche, Vicent se había quedado bastante reflexivo, su madre debía de estar equivocada. ¿Cómo él, un chico tan diferente a los demás monstruos de su edad, iba ser querido por ser tan diferente?. Los grandes monstruos de la historia, siempre destacaron por su horrible apariencia y él era cualquier cosa menos un monstruo horrible.
Insatisfecho con la explicación que le había dado su madre, Vicent se fue al día siguiente a la biblioteca y comenzó a leer los libros sobre los grandes monstruos de su país. Tres meses después, acabó de leer todos los libros llegando a una conclusión: si quería llegar a ser importante tenía que tener un aspecto aterrador y asustar alguna persona del mundo de los humanos.
Así que con el sueño de convertirse en uno de los monstruos más aterradores de la historia, se colocó una dentadura falsa sobre sus pequeños dientes, se puso pelo falso sobre sus cejas, haciendo que sus ojos parecieran más terroríficos. No muy contento con el resultado, decidió añadirle a su disfraz una peluca larga de pelo enmarañado y para terminar, se colocó unas manos falsas, para que sus manos parecieran garras.
Miró la hora en su reloj y comprobó que faltaba sólo dos horas para que amaneciera y por lo tanto para que sus padres se levantaran. Con cierta tristeza por tener que dejar el que fue su hogar durante los primeros diecisiete años de vida, Vicent ruinó toda la valentía y se dispuso a cumplir su propósito.
Con el poco dinero que tenía ahorrado, se pagó un autobús que lo dejaría en los límites del país de los monstruos y a partir de ahí, recorrería un larga camino hasta cruzar la frontera entre su país y el de los humanos.
Pasaron varios meses antes de que Vicent finalmente llegara a la frontera, meses donde pasó todo tipo de dificultades pero que valientemente, supo afrontarlas. Finalmente encontró un enorme muro de piedra con una puerta de madera en el centro y sobre ella un enorme un letrero en el que rezaba: Estás a punto de cruzar la frontera y llegar al mundo humano.
Con una gran emoción que no le cabía en el pecho, el joven y valiente Vicent, cruzó la puerta dispuesto a convertirse parte de la historia de su país. Abrió la puerta con cierto nerviosismo y traspasó el umbral, llegando al mundo humano.
Un brillante sol deslumbró los ojos verdes de Vicent brevemente y con cierto asombro, descubrió que el mundo humano era similar a su mundo. Lleno de valor, recorrió las calles sin rumbo fijo, planeando como iba asustar a sus primeras víctimas. A los lejos divisó un grupo de humanos jóvenes, se acercó hacia ellos y gritó:
_ ¡Grrr soy un monstruo, temedme!.
Pero lejos de causar el efecto deseado, el grupo de jóvenes miraron a Vicent con cierta incredulidad, para después pasar a las burlas y a las risas.
_ ¿No sabes que hoy no es Halloween?_ Preguntó entre risas un chico de pelo rubio y gafas de sol.
_ Deja de molestar y de hacer el ridículo _ Dijo una segunda chica de pelo largo y rizado.
El pobre Vicent se fue apenado, no entendía porque no daba tanto miedo como los grandes monstruos de la historia. Pero como era habitual en él, pronto se recompuso de la mala experiencia y decidió intentarlo una segunda vez probado suerte en un parque lleno de niños. Con paso firme y decidido, se acercó hacia una niña pelirroja y volvió a gritar:
_ ¡Grrrr soy un horrible monstruo, témeme!
La hermosa niña de pelo anaranjado miró a Vicent con sus ojos verdes muy abiertos y luego se fue corriendo hacia un banco cercano.
_ ¡Por fin! _ Exclamó Vicent _ ¡He conseguido asustar a un humano, pronto seré temido y recordado!
_ ¿No le da vergüenza a su edad ir asustando a los niños de esa manera? _ Preguntó una mujer que al parecer era la madre de la niña pelirroja, pues se parecía mucho a ella. _ Váyase del parque si no quiere que llame a la policía
Mucho más triste que la primera vez, el pobre y desdichado Vicent, se fue a un banco apartado del parque y comenzó a llorar. No entendía lo que pasaba, pues él había hecho exactamente lo mismo que Drácula, Frankenstein o cualquiera de los grandes monstruos de su país. Pero lo peor de todo eso, es que tendría que volver a su país siendo un fracasado y sin conseguir sentirse querido y aceptado.
_ ¿Por qué lloras?
Vicent levantó sus ojos llenos de lágrimas y se encontró con el dulce rostro de una chica de más o menos de su edad.
_ Porque nunca conseguiré ser tan querido y aceptado como los fueron los grandes monstruos de mi país.
_ ¿De tu país?... ¿Eso quieres decir que no eres de aquí?
_ No, soy del país de los monstruos.
_ ¿Y cuál en la razón por la que has decidido abandonarlo y llegar hasta aquí?
El desdichado Vicent dudó un momento antes de responder a la pregunta de esa desconocida, pero ya que no tenía a nadie decidió contarle su historia.
_ Porque soy diferente a los demás monstruos. No nací con colmillos afilados, con garras o con exceso de pelo. Y desde siempre quise encajar con los demás monstruos porque siento que soy diferente y a consecuencia de ello no me siento querido. Por eso decidí vestirme de manera terrorífica y venir aquí con la esperanza de poder asustar.
_ Mi madre siempre dice que para sentirnos queridos por los demás, primero debemos aprender a querernos tal y como somos. _ Respondió con una sonrisa la hermosa chica mientras se sentaba a su lado.
_ Qué curioso mi madre también dice eso _ Dijo Vicent mientras sonría por primera vez desde que comenzó el viaje.
_ ¿Y cómo eres en realidad?. Quiero decir, ¿cuál es tu aspecto sin tu disfraz?
_ Soy bastante feo.
_ Seguro que no lo eres _ Volvió a sonreír la chica mientras agarraba las manos de Vicent _ ¡Auch!... me has arañado con tus manos.
_ Lo siento mucho, son mis garras falsas.
Vicent se quitó las falsas garras dejando al descubierto sus manos. La chica volvió a sonreír y Vicent decidió que ya no merecía la pena seguir con el disfraz. Se quitó la horrenda peluca que llevaba, dejando al descubierto su corto pelo castaño. Después se quitó sus cejas falsas dejando al descubierto sus ojos verdes y por último se quitó su dentadura falsa, dejando al descubierto una bonita sonrisa.
_ Pues no eres tan horrible como dices. A mí me pareces un chico bastante guapo.
_ Gracias. Por cierto mi nombre es Vicent Burton, ¿y el tuyo?
_ Me llamo Charlotte Smith, un placer. ¿Quieres ser mi amigo?
Vicent no supo que responder pus nunca antes nadie le había hecho esa pregunta. Volvió a mirar hacia la chica que seguía sonriendo y comprendió que no estaba mintiendo. Y después de mucho tiempo, comprendió lo que su madre había querido decir, pues siendo él mismo había conseguido tener una nueva amiga.

Y sintiéndose querido después de mucho tiempo, aquel chico proveniente del país de los monstruos pero con una apariencia humana, agarró la mano que su nueva amiga le tendía y juntos emprendieron una nueva amistad.