Muchísimas gracias al blog LA NOCHE DEL BESTIARIO por nominarme a estos dos premios :D
Las preguntas que me hicieron fueron:
1. ¿Qué es lo más importante de la literatura?
Para mi lo más importante es la emoción que llega a transmitir los personajes a medida que se van desarrollando a lo largo de la historia.
2. ¿Cambiarías algo de tu país (problemas de corrupción, narcotráfico etc?
Cambiaría la corrupción que hay en la política española.
3. ¿Crees en alguna ideología?
La verdad es que no (aunque creo en la bondad del ser humano, no sé si eso cuenta)
4. ¿Podrías emigrar de tu país?
Sí. Pero ahora mismo no tengo dinero :(
5. ¿Qué es lo que te parece más importante de la educación?
Creo que es lo más importa de la educación es inculcar la creencia de que todo con esfuerzo y positividad se puede conseguir en la vida.
6. ¿Tuviste algún maestro/a, profesor/a que haya cambiado totalmente tu manera de pensar?
Tuve una profesora en tercero de E.S.O de lengua que por su manera de dar las clases me enseñó mucho.
7. ¿Qué opinas de censurar el arte?
Pues que no se debería hacer.
8. ¿Crees que pueda cambiarse el mundo solo con una actitud positiva?
Totalmente.
9. A propósito, ¿qué opinas del optimismo que lleva a creer que siendo positivo todo puede arreglarse?
Pues aunque pueda parecer una ingenua, creo firmemente en ese pensamiento.
10. ¿Qué te gustaría hacer en los próximos años?
Aprender muy bien inglés y poder independizarme (en Londres si es posible)
11. ¿Hay algún proyecto nuevo para realizar (no importa el ámbito)?
Estudiar inglés y seguir escribiendo mucho (aunque sea por diversión)
domingo, 29 de junio de 2014
lunes, 23 de junio de 2014
LA ENFERMEDAD
Hace mucho tiempo
en un reino lejano, había un rey y una reina que no podía ser más
afortunados, pues tenía una preciosa hija que poseía unos enormes
ojos de color del cielo y un pelo tan negro como la noche. Dicha
princesa era muy famosa en el reino y no solo porque poseía una gran
belleza, si no porque dicha princesa siempre rechazaba a todos los
príncipes que le proponían matrimonio, alegando que no se podía
casar con nadie con el que no sintiera nada.
Y eso hacía que
les trajera a sus padres más de un quebradero de cabeza, pues ellos
deseaba que su preciosa hija contrajera matrimonio. Siempre
intentaban hablar con ella para que entrara en razón con respecto
tener una relación con alguno de los príncipes de los otros reinos.
_ Pero hija_ Solía
decir su madre _ ¿Por qué no te decides por uno de los apuestos
príncipes de los otros reinos?
_ Porque madre no
siento nada por ninguno. Además ¿cómo se supone que sabré si
estoy enamorada si no sé lo que se siente al estarlo?
_ Estar enamorada
es como estar en las nubes.. No comes ni duermes porque sólo piensas
en esa persona. Estás todo el día con esa persona en la cabeza,
sintiendo que si no tienes nada con él tu mundo se desmorona y por
supuesto quieres pasar el resto de tus días con él.
_ Madre tal y como
lo describes no quiero sentirlo, pues parece una grave enfermedad.
_ El amor es una
de las enfermedades más bonitas que existen y que no importa si la
padeces.
Ante esa
explicación de su madre, la princesa se quedó pensativa. Si
realmente el amor es una enfermedad, ¿por qué no la erradicaban?.
¿O por qué los médicos no la trataban como los dolores de cabeza
y las fiebres?
Pero a pesar de
todas esas preguntan que rondaron su cabeza durante días, la joven y
confundida princesa no encontró respuesta. Los días siguieron
pasando hasta que casi sin darse nadie cuenta, llegó el cumpleaños
número dieciocho de la princesa.
Como era normal se
organizó una gran fiesta en la que estuvo invitado todos los reinos
cercanos. Decoraron el salón principal con tapices traídos desde el
lejano oriente medio, contrataron a los mejores músicos del reino e
hicieron el mejor banquete de comida que jamás se había cocinado.
Llegaron muchas personas desde todos los reinos que esperaban ver a
la sucesora del trono cumplir los dieciochos, en especial los
príncipes que esperaban desposar.
Y justo cuando el
reloj de gran sala marcó las seis en punto, la hermosa princesa
ataviada con un hermoso y elegante vestido rojo, bajo por la gran
escalinata de mármol blanco. Todos los príncipes la miraron con
gran asombro, pues nunca antes habían visto a una joven tan hermosa.
La hermosa joven descendió por las escaleras y haciendo un gesto con
su delicada mano blanca como la porcelana, dio por comenzada la
fiesta.
La princesa comenzó
a pasearse entre los asistentes, perdiéndose en un océano formado
por trajes elegantes, risas e infinidad de personas que para ella
eran desconocidas. Para cualquier persona ajena de la realeza que se
hubiera introducido en una fiesta de ese estilo por primera vez, se
hubiera quedado sorprendido ante la grandiosidad del evento, pero
lamentablemente para la protagonista de la fiesta no era más que un
aburrido evento en la que la obligaban a poner buena cara y fingir
que se lo pasaba bien.
Pasaron las horas
y la fiesta casi había llegado a su fin para alegría de la
princesa, que deseaba que se acabara de una vez por todas para poder
retirarse a sus aposentos. Pero cuando estuvo apunto de marcharse,
vio entre los pocos asistentes un apuesto joven de unos grandes ojos
marrones que tendría su misma edad. Y fue en aquel momento cuando
sus ojos del color del cielo se cruzaron con los de aquel muchacho
cuando comenzó a sentir una oleada nueva de sentimientos.
Comenzó a
sentirse mareada como si le costase respirar y mantenerse de pie al
mismo y tiempo. Notó como su vida no tenía sentido si no era con
ese apuesto joven y comprendió para su desgracia, que estaba
enamorada.
_ Madre, ¿quién
es ese apuesto joven del traje azul oscuro?
_ ¿A quién te
refieres?
_ A ese de ahí _
Señaló con su dedo índice.
_ Yo no voy a
nadie.
Y efectivamente,
para su desgracia aquel joven príncipe se acababa de ir con sus
padres, dejando a la princesa bastante confundida a la vez que triste
por no averiguar ni tan siquiera su nombre.
Pasaron meses en
los que la pobre princesa se sentía cada vez más triste por no ver
a ese misterioso joven. Perdió el apetito y apenas dormía... como
si estuviera enferma. Solo que esa enfermedad llamada amor no tenía
cura.
_ Ana _ La llamó
un día su madre _ Este año celebraremos la fiesta que da la
bienvenida el verano en nuestro palacio.
La princesa Ana
que desde la fiesta de su cumpleaños no pensaba en otra cosa que
volver al misterioso hombre que le hizo enfermar de amor, divisó por
fin un pequeño atisbo de esperanza Si todo saldría bien, podría
volverlo a ver.
_ Y quiero que
como sucesora al trono _ Siguió hablando la madre _ entables amistad
con los demás jóvenes del reino, pues no nos conviene entrar en
guerra.
_ Así lo haré
madre. Bien, iré a supervisar los preparativos para el evento.
Y por fin, después
de mucho meses estando enferma,
la
princesa sonrió. Por fin podría volver aquel misterioso chico que
hizo que contrajera una de las peores enfermedades jamás padecidas y
con un poco de suerte conseguiría curarse.
Pasaron los días y por fin llegó el tal ansiado día en el cual se
celebraría el evento. Al igual que su cumpleaños, llegaron miles
de personas de los otros reinos que admiraban las miles de farolillos
de colores que decoraban el enorme jardín. La joven princesa comenzó
a saludar a todo el mundo con educación, esperando ver a su ansiado
príncipe.
Estuvo casi media hora saludando a un montón de personas que en
pocos minutos olvidaría y cuando pensó que el chico que le había
enfermado de amor no había venido, lo encontró hablando con una
condesa. Y los síntomas del amor, comenzó a mostrarse en la joven.
Su mente se nubló haciendo que sólo pensase en él, comenzó a
sentir un fuerte dolo en el corazón y sintió que pronto
desfallecería de la emoción. Con paso tímido pero decidido, se
acercó hasta él y lo saludó cortésmente haciendo una pequeña
reverencia con gracia. El joven la sonrió y le devolvió la
reverencia.
_ ¿Me permite ausentarme de nuestra agradable conversación durante
unos minutos, madame Brilliant? Creo que esta encantadora princesa me
requiere.
_ Por supuesto joven _ Sonrió la vieja condesa.
Los jóvenes se dirigieron al centro del enorme jardín y comenzaron
a bailar al ritmo de la música.
_ Y dime _ Comenzó el joven _ ¿tiene esta hermosa y joven dama
algún nombre?
_ Me llamo Ana Darling... estuviste en mi cumpleaños hace unos meses
atrás.
_ Lo recuerdo. Jamás podría olvidar una mirada tan penetrante como
la tuya. Yo me llamo David Jones y soy el hijo de los reyes que
gobiernan en el reinado del norte. Desde que te vi el día de tu
cumpleaños, jamás he podido olvidarte... eres la joven más hermosa
que jamas he visto.
La princesa Ana sonrió complacida.
_ Y creo que sería un error negar que he comenzado a sentir algo por
ti.
_ No niegues lo que sientas, pues yo también enfermé de amor la
primera vez que te vi... Conozco un sitio apartado donde podríamos
estar solo.
El príncipe David sonrió con una sonrisita de complicidad y siguió
a Ana a través del jardín. Pasaron a través de algunos invitados
que los miraban curiosos, atravesaron el viejo arco de piedra que
daba rumbo al lugar apartado del jardíny no pararon hasta llegar a un sitio apartado cerca de un
gran lago. El sol había comenzado a descender, tiñendo las nubes de
naranja y haciendo que algunas estrellas tímidas comenzaran a salir.
_ Y bien mi amada Ana, ¿por qué tanto misterio?
_ Quería hablarte de un asunto que lleva dentro de mi cabeza desde
hace meses.
David le puso su dedo indice sobre los labios carnosos de Ana y
sonrió.
_ Antes me gustaría decirte algo. Desde que ti por primera vez aquel
día e tu cumpleaños me enamoré de ti. Sentí como te convertiste
en la única persona con la que quiero vivir mi vida. También te
convertiste en el centro de mi universo y comprendí que yo también
enfermado de amor.
_ Entonces... ¿tú también comprendes que el amor es una
enfermedad?
_ Por supuesto. Es una enfermedad que nos vuelve tontos, nos quita el
sueño y el apetito... Pero es la enfermedad más bonita del mundo.
_ Entonces comprenderás que como enfermedad debe ser erradicada.
_ ¿Qué has querido decir con eso? _ Preguntó el príncipe David
con los ojos muy abiertos.
_ Que si es una horrible enfermedad debería ser exterminada, como
por ejemplo, las fiebres y los catarros.
_ No entiendo a donde quieres llegar...
_ Quiero decir, que como el amor es una enfermedad debe de ser
erradicada. Y puesto que tú eres el virus que causó que cayera en
esta estúpida enfermedad... No me queda más remedio que acabar
contigo para poder curarme del todo.
Y antes de que el joven y apuesto príncipe llamado David pudiera
reaccionar, la princesa Ana acabó con él de una puñalada en el
corazón. Acabando con esa horrible enfermedad llamado amor que llevaba padeciendo.
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