domingo, 29 de junio de 2014

¡NOMINACIÓN DEL BLOG! (PREMIOS LIEBSTER ADWARD Y PREMIO DARDO)

Muchísimas gracias al blog LA NOCHE DEL BESTIARIO por nominarme a estos dos premios :D
Las preguntas que me hicieron fueron:
1. ¿Qué es lo más importante de la literatura?
Para mi lo más importante es la emoción que llega a transmitir los personajes a medida que se van desarrollando a lo largo de la historia.
2. ¿Cambiarías algo de tu país (problemas de corrupción, narcotráfico etc?
Cambiaría la corrupción que hay en la política española.
3. ¿Crees en alguna ideología?
La verdad es que no (aunque creo en la bondad del ser humano, no sé si eso cuenta)
4. ¿Podrías emigrar de tu país?
Sí. Pero ahora mismo no tengo dinero :(
5. ¿Qué es lo que te parece más importante de la educación?
Creo que es lo más importa de la educación es inculcar la creencia de que todo con esfuerzo y positividad se puede conseguir en la vida.
6. ¿Tuviste algún maestro/a, profesor/a que haya cambiado totalmente tu manera de pensar?
Tuve una profesora en tercero de E.S.O de lengua que por su manera de dar las clases me enseñó mucho.
7. ¿Qué opinas de censurar el arte?
Pues que no se debería hacer.
8. ¿Crees que pueda cambiarse el mundo solo con una actitud positiva?
Totalmente.
9. A propósito, ¿qué opinas del optimismo que lleva a creer que siendo positivo todo puede arreglarse?
Pues aunque pueda parecer una ingenua, creo firmemente en ese pensamiento.
10. ¿Qué te gustaría hacer en los próximos años?
Aprender muy bien inglés y poder independizarme (en Londres si es posible)
11. ¿Hay algún proyecto nuevo para realizar (no importa el ámbito)?
Estudiar inglés y seguir escribiendo mucho (aunque sea por diversión)

lunes, 23 de junio de 2014

LA ENFERMEDAD

Hace mucho tiempo en un reino lejano, había un rey y una reina que no podía ser más afortunados, pues tenía una preciosa hija que poseía unos enormes ojos de color del cielo y un pelo tan negro como la noche. Dicha princesa era muy famosa en el reino y no solo porque poseía una gran belleza, si no porque dicha princesa siempre rechazaba a todos los príncipes que le proponían matrimonio, alegando que no se podía casar con nadie con el que no sintiera nada.
Y eso hacía que les trajera a sus padres más de un quebradero de cabeza, pues ellos deseaba que su preciosa hija contrajera matrimonio. Siempre intentaban hablar con ella para que entrara en razón con respecto tener una relación con alguno de los príncipes de los otros reinos.
_ Pero hija_ Solía decir su madre _ ¿Por qué no te decides por uno de los apuestos príncipes de los otros reinos?
_ Porque madre no siento nada por ninguno. Además ¿cómo se supone que sabré si estoy enamorada si no sé lo que se siente al estarlo?
_ Estar enamorada es como estar en las nubes.. No comes ni duermes porque sólo piensas en esa persona. Estás todo el día con esa persona en la cabeza, sintiendo que si no tienes nada con él tu mundo se desmorona y por supuesto quieres pasar el resto de tus días con él.
_ Madre tal y como lo describes no quiero sentirlo, pues parece una grave enfermedad.
_ El amor es una de las enfermedades más bonitas que existen y que no importa si la padeces.
Ante esa explicación de su madre, la princesa se quedó pensativa. Si realmente el amor es una enfermedad, ¿por qué no la erradicaban?. ¿O por qué los médicos no la trataban como los dolores de cabeza y las fiebres?
Pero a pesar de todas esas preguntan que rondaron su cabeza durante días, la joven y confundida princesa no encontró respuesta. Los días siguieron pasando hasta que casi sin darse nadie cuenta, llegó el cumpleaños número dieciocho de la princesa.
Como era normal se organizó una gran fiesta en la que estuvo invitado todos los reinos cercanos. Decoraron el salón principal con tapices traídos desde el lejano oriente medio, contrataron a los mejores músicos del reino e hicieron el mejor banquete de comida que jamás se había cocinado. Llegaron muchas personas desde todos los reinos que esperaban ver a la sucesora del trono cumplir los dieciochos, en especial los príncipes que esperaban desposar.
Y justo cuando el reloj de gran sala marcó las seis en punto, la hermosa princesa ataviada con un hermoso y elegante vestido rojo, bajo por la gran escalinata de mármol blanco. Todos los príncipes la miraron con gran asombro, pues nunca antes habían visto a una joven tan hermosa. La hermosa joven descendió por las escaleras y haciendo un gesto con su delicada mano blanca como la porcelana, dio por comenzada la fiesta.
La princesa comenzó a pasearse entre los asistentes, perdiéndose en un océano formado por trajes elegantes, risas e infinidad de personas que para ella eran desconocidas. Para cualquier persona ajena de la realeza que se hubiera introducido en una fiesta de ese estilo por primera vez, se hubiera quedado sorprendido ante la grandiosidad del evento, pero lamentablemente para la protagonista de la fiesta no era más que un aburrido evento en la que la obligaban a poner buena cara y fingir que se lo pasaba bien.
Pasaron las horas y la fiesta casi había llegado a su fin para alegría de la princesa, que deseaba que se acabara de una vez por todas para poder retirarse a sus aposentos. Pero cuando estuvo apunto de marcharse, vio entre los pocos asistentes un apuesto joven de unos grandes ojos marrones que tendría su misma edad. Y fue en aquel momento cuando sus ojos del color del cielo se cruzaron con los de aquel muchacho cuando comenzó a sentir una oleada nueva de sentimientos.
Comenzó a sentirse mareada como si le costase respirar y mantenerse de pie al mismo y tiempo. Notó como su vida no tenía sentido si no era con ese apuesto joven y comprendió para su desgracia, que estaba enamorada.
_ Madre, ¿quién es ese apuesto joven del traje azul oscuro?
_ ¿A quién te refieres?
_ A ese de ahí _ Señaló con su dedo índice.
_ Yo no voy a nadie.
Y efectivamente, para su desgracia aquel joven príncipe se acababa de ir con sus padres, dejando a la princesa bastante confundida a la vez que triste por no averiguar ni tan siquiera su nombre.
Pasaron meses en los que la pobre princesa se sentía cada vez más triste por no ver a ese misterioso joven. Perdió el apetito y apenas dormía... como si estuviera enferma. Solo que esa enfermedad llamada amor no tenía cura.
_ Ana _ La llamó un día su madre _ Este año celebraremos la fiesta que da la bienvenida el verano en nuestro palacio.
La princesa Ana que desde la fiesta de su cumpleaños no pensaba en otra cosa que volver al misterioso hombre que le hizo enfermar de amor, divisó por fin un pequeño atisbo de esperanza Si todo saldría bien, podría volverlo a ver.
_ Y quiero que como sucesora al trono _ Siguió hablando la madre _ entables amistad con los demás jóvenes del reino, pues no nos conviene entrar en guerra.
_ Así lo haré madre. Bien, iré a supervisar los preparativos para el evento.
Y por fin, después de mucho meses estando enferma, la princesa sonrió. Por fin podría volver aquel misterioso chico que hizo que contrajera una de las peores enfermedades jamás padecidas y con un poco de suerte conseguiría curarse.
Pasaron los días y por fin llegó el tal ansiado día en el cual se celebraría el evento. Al igual que su cumpleaños, llegaron miles de personas de los otros reinos que admiraban las miles de farolillos de colores que decoraban el enorme jardín. La joven princesa comenzó a saludar a todo el mundo con educación, esperando ver a su ansiado príncipe.
Estuvo casi media hora saludando a un montón de personas que en pocos minutos olvidaría y cuando pensó que el chico que le había enfermado de amor no había venido, lo encontró hablando con una condesa. Y los síntomas del amor, comenzó a mostrarse en la joven.
Su mente se nubló haciendo que sólo pensase en él, comenzó a sentir un fuerte dolo en el corazón y sintió que pronto desfallecería de la emoción. Con paso tímido pero decidido, se acercó hasta él y lo saludó cortésmente haciendo una pequeña reverencia con gracia. El joven la sonrió y le devolvió la reverencia.
_ ¿Me permite ausentarme de nuestra agradable conversación durante unos minutos, madame Brilliant? Creo que esta encantadora princesa me requiere.
_ Por supuesto joven _ Sonrió la vieja condesa.
Los jóvenes se dirigieron al centro del enorme jardín y comenzaron a bailar al ritmo de la música.
_ Y dime _ Comenzó el joven _ ¿tiene esta hermosa y joven dama algún nombre?
_ Me llamo Ana Darling... estuviste en mi cumpleaños hace unos meses atrás.
_ Lo recuerdo. Jamás podría olvidar una mirada tan penetrante como la tuya. Yo me llamo David Jones y soy el hijo de los reyes que gobiernan en el reinado del norte. Desde que te vi el día de tu cumpleaños, jamás he podido olvidarte... eres la joven más hermosa que jamas he visto.
La princesa Ana sonrió complacida.
_ Y creo que sería un error negar que he comenzado a sentir algo por ti.
_ No niegues lo que sientas, pues yo también enfermé de amor la primera vez que te vi... Conozco un sitio apartado donde podríamos estar solo.
El príncipe David sonrió con una sonrisita de complicidad y siguió a Ana a través del jardín. Pasaron a través de algunos invitados que los miraban curiosos, atravesaron el viejo arco de piedra que daba rumbo al lugar apartado del jardíny no pararon hasta llegar a un sitio apartado cerca de un gran lago. El sol había comenzado a descender, tiñendo las nubes de naranja y haciendo que algunas estrellas tímidas comenzaran a salir.
_ Y bien mi amada Ana, ¿por qué tanto misterio?
_ Quería hablarte de un asunto que lleva dentro de mi cabeza desde hace meses.
David le puso su dedo indice sobre los labios carnosos de Ana y sonrió.
_ Antes me gustaría decirte algo. Desde que ti por primera vez aquel día e tu cumpleaños me enamoré de ti. Sentí como te convertiste en la única persona con la que quiero vivir mi vida. También te convertiste en el centro de mi universo y comprendí que yo también enfermado de amor.
_ Entonces... ¿tú también comprendes que el amor es una enfermedad?
_ Por supuesto. Es una enfermedad que nos vuelve tontos, nos quita el sueño y el apetito... Pero es la enfermedad más bonita del mundo.
_ Entonces comprenderás que como enfermedad debe ser erradicada.
_ ¿Qué has querido decir con eso? _ Preguntó el príncipe David con los ojos muy abiertos.
_ Que si es una horrible enfermedad debería ser exterminada, como por ejemplo, las fiebres y los catarros.
_ No entiendo a donde quieres llegar...
_ Quiero decir, que como el amor es una enfermedad debe de ser erradicada. Y puesto que tú eres el virus que causó que cayera en esta estúpida enfermedad... No me queda más remedio que acabar contigo para poder curarme del todo.

Y antes de que el joven y apuesto príncipe llamado David pudiera reaccionar, la princesa Ana acabó con él de una puñalada en el corazón. Acabando con esa horrible enfermedad llamado amor que llevaba padeciendo.