viernes, 9 de octubre de 2015

AUTORETRATO #3: LO QUE NO SOY

No soy imprescindible. De hecho estoy en este extraño mundo fruto de una casualidad. Si hace treinta años mi madre no hubiera decidido salir de casa aquella noche, jamás habría conocido al que fue mi padre. Y si mi padre jamás se hubiera fijado en mi madre, nunca se hubieran casado. Y si mis padres no hubiesen tenido sexo aquella noche, el espermatozoide que ganó la carrera entre millones de espermatozoides jamás hubiese fecundado a mi madre… y lo más importante jamás hubiese nacido yo.
Pero quizás sea eso lo que comparta con el resto de la humanidad, que todos estamos aquí fruto de casualidades que el destino o cualquier otra mierda ha decidido que pasase. Y también compartimos otra cosa y es que buscamos ser imprescindible.
Buscamos tener a alguien que se preocupe por nosotros, que esté ahí en los momentos malos, que nos de cariño, que nos diga que todo estará bien cuando se nos vaya nuestra vida a la mierda. Alguien que nos comprenda que nos abrace en las noches de frío y que nos aguante nuestras tonterías.
Todos buscamos ser imprescindibles para alguien… pero lamentablemente no todos podemos serlo. Algunos tenemos que aprender a vivir con la soledad y aceptar que no somos imprescindibles y que simplemente nadie nos echará de menos si decidimos irnos.
Dicen que nadie nace imprescindible, pero que nosotros hacemos que las personas prescindibles  sean imprescindibles.
A mí me gustaría que alguien me convirtiera en imprescindible… Pero sé que me ha tocado no serlo para nadie.


Pero y si me fuera de este mundo… ¿alguien echaría en falta mi presencia y me haría prescindible?

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